11.3.08

11.03.08


Está sentado ahí. Todos saben que es comunista, lo respetan, se sabe, es pobre y rico, generoso al convidar, al envidar y hasta para echar el resto. Confirmo, porque todos sospechan, que tiene miles y miles de compañeros almas y más.
De la frágil materia del olvido,
pétalo a pétalo te alcé, ilusoria,
tan hondo para amar, tan resentido,
que vuelvo el rostro a toda mi memoria.
Pero no quiero en esta mala gana,
verte como a una Alicia en el espejo,
inalcanzable mancha de una plana,
cuando era niño, cuando no era viejo.
La memoria es amante que requiere
un tiempo que no puede ser el mío;
no puedo ser el silbo de lo umbrío,
yo soy el cazador, soy el que hiere.
Jacarandoso árbol de la flor,
que pone azul a toda la plazuela
y que te vio guardándote mi amor,
como a fruto robado, una chicuela.
Y yo, que duermo a veces en el seno
de una bebida con calor de madre
¿qué digo, no, tan sólo de comadre?,
amo el valor del que cayó en el cieno.
El amor que blasfema,
atado como un perro a dura estaca
y aleja del costado del poema,
una visión pueril de toma y daca.
El alma tan mentida,
el tiempo frívolo de sacrosanto
viernes de pasión vestido;
la irresponsable llama de la vida
en el pábilo negro de mi canto,
y ese señor olvido, que no olvida,
y ese señor espanto...

8.3.08

08.03.08



Una brújula
A Esther Zemboráin de Torres

Todas las cosas son palabras del

Idioma en que Alguien o Algo, noche y día.

Escribe esa infinita algarabía

Que es la historia del mundo. En su tropel

Pasan Cartago y Roma, yo, tú, él,

Mi vida que no entiendo, esta agonía

De ser enigma, azar, criptografía

Y toda la discordia de Babel.

Detrás del nombre hay lo que no se nombra;

Hoy he sentido gravitar su sombra

En esta aguja azul, lúcida y leve,

Que hacia el confín de un mar tiende su empeño,

Con algo de reloj visto en un sueño

Y algo de ave dormida que se mueve.


Jorge Luis Borges (1899-1986)

7.3.08

07.03.08


Verdad

una de las mejores líneas de Lorca
es,
“agonía, siempre
agonía…”
piensa en esto cuando
mates una
cucaracha o
recojas un hoja para
afeitarte
despertando en la mañana
para
enfrentar el
sol.

Charles Bukowski (1920-1994)